domingo, 6 de mayo de 2018

Alegría

Ya no te echo de menos, pero a veces pienso en esas noches en las que fuiste mío, y yo al fin, fui tuya. Mi cama te echa de menos, y pide a gritos que la vuelvas a llenar de tu olor y tus ronquidos. Mi ducha te echa de menos, me cuenta que cuando yo me ducho sola, no me limpia del todo, porque tiene miedo de que tu esencia se vaya de mi cuerpo. Yo no te echo de menos, pero las noches son mucho más frías desde que no estás, y aunque intente cerrar la ventana esta siempre se abre para que escuche el llanto de los gatos, que maúllan tristes sabiendo que no volverás. Yo no te echo de menos, pero cuando voy en el metro todas las personas llevan tu cara, y a veces hasta tu voz. La cerveza te echa de menos me dice al oído que cuando la tomabamos juntos ella sabía mejor, y que los cigarros que me fumo ahora me matan poco a poco, y dicen que ya no les importa.

No te echo de menos, pero a lo mejor te echo de menos.

domingo, 18 de septiembre de 2016

lloremos, porque el mundo se ha caído, y yo me he caído


Esa mañana, cuando me desperté, me entraron ganas de huir. Huir. Huir de ti, lejos.
Me hundí en un mar de mis propias lágrimas, y creía que no conseguiría salir. Pero lo conseguí.
Me dijiste que te cogiera de la mano, igual que me lo dijiste la primera vez, pero me dejaste caer. Y llevo cayendo desde aquel momento.
Ya no respiro desde entonces, por si acaso recuerdo tu olor, y me entran ganas de llamarte. Pero mis sentidos no paran de buscarte, y mi tacto te recuerda en cada una de las texturas. ¿Que hice mal?
Sigo cayendo. Una leve brisa de aire me acaricia el pelo, pero yo miro hacia otro lado. Sabía que no eras tú, y por eso todo lo demás me daba igual.
Sigo preguntándome porque me diste tu mano si me ibas a dejar caer. Pero la sigo sintiendo, es como si todavía estuviese agarrada a tu mano, pero tu mano ya no esta. No parare de recordármelo, que fue mi culpa, aunque la culpa fuese tuya. Pero el que este aquí sola no se hace ameno, y sigo esperando a que vuelvas.
A hacerme daño.

lunes, 2 de mayo de 2016

las veces.

Todos hablan de cuánto se quieren y de las veces que se han ido juntos de vacaciones, y de que pasan todo el día juntos. Pero lo que nadie dice nunca es lo que pasa detrás de esos momentos que los vive cualquier pareja.
Nadie ha contado que nunca puedo dormir sin el edredón, y el odia dormir con el (es demasiado caluroso), por eso es cuando dormimos en la misma cama en pleno diciembre, él tiene que ponerse el ventilador para no pasar calor a mi lado, pero lo que nadie cuenta, lo que yo no cuento, es que siempre él se mete debajo del edredón para abrazarme mientras duermo (aunque odie estar debajo del edredón pasando calor). 
Son las pequeñas cosas, las que te demuestran que de verdad te quiere.

domingo, 24 de abril de 2016

Lo nunca dicho

A lo mejor pensé que al volverlo a intentar, recuperaría una parte de mi misma, que un día llegue a perder. Que ingenua. Nunca llegué a pensar que echaría de menos esa parte de mí que tanto llegue a odiar hasta que la perdí aquel día. Y nunca he vuelto a recuperar.
A lo mejor pensé que volviendo atrás, o quizás recuperándote a ti, también lo recuperaría. Que ingenua. Qué equivocada estaba. Esa parte nunca llegó a ser algo, ni si quiera alguien, fue una parte más de mi, que hoy es menos. 
A lo mejor también pensé que cuando un pájaro alzaba el vuelo nunca volvería al lugar del que partió. Que ingenua. Ahora ese pájaro, en el que siempre me sentí identificada, quiere volver a recuperar el vuelo. Y pensando que solo contigo puede hacerlo. Que pájaro tan idiota.
A lo mejor y solo a lo mejor. Fuiste tú quien rompió esa parte de mi. 
¿Cómo puede existir alguien tan masoquista para volver a ti?

lunes, 8 de junio de 2015

Por primera vez

Por primera vez sus labios han susurrado a los míos que les quiere.
Una sonrisa que decía a gritos bésame, pero callando. Fue como estar encerrada en una canción de The Animals, que se repite una y otra vez, la cual sigo cantando, nunca acaba. Nunca acaba, eso mismo le susurre yo.
Entonces él la empezaba a tocar con su guitarra, y en mi cabeza se oía la letra de la canción abrazándome en cada estribillo. Y  sonría con una leve mueca, mientras rozaba sus labios.
Pero lo único que me hacía falta era decirle que mis labios también le querían y que ahora mis gatos que no tengo maúllan a los gatos que él no tiene.
Y que cada noche tengo el mismo sueño, en el que unas manos que no son las mías, me abrazan por la espalda y susurran a mi espalda que también la quiere.
Pues nos queríamos decir que nos queríamos, pero primero nombrándonos en cada pedacito, y después como esa canción de The Animals, repetirnos una y otra vez que nos queremos.


sábado, 9 de mayo de 2015

Hablemos

Hablamos de como se miran las personas, cómo se hablan, cómo se besan. Pero de lo que realmente deberíamos hablar sería de cómo nos sentimos al demostrar ese amor.
Y la verdad es que falta mucho de eso en el mundo. De cuando fue la ultima vez que dijiste que le querías, o de que ella estaba preciosa con aquel vestido, de como te sentiste cuando la mirabas lucirlo. 
De besarla, no son solo besos, se transmite más, y a la gente se le está olvidando lo más importante.
Pienso que deberíamos recordarlo, y recordárselo.

domingo, 11 de enero de 2015

Me mato lentamente

Soñaba que fuese diferente, cada día me alejaba más de la realidad que había vivido anteriormente.  Y veo, siento, que vuelvo a donde empecé. Al principio de todo.
El no ser correspondido. El no ser querido. A lo mejor estamos hechos para encontrar o no a alguien, pero ya veo que elegimos siempre mal.
Y yo llevo eligiendo mal desde el principio.